El primer trabajo siempre es inolvidable: nuevos compañeros, nuevos retos y nuevas formas de aplicar el aprendizaje. Pero la emoción también trae consigo una serie de derechos y obligaciones, como lo son los impuestos, la seguridad social y la Afore.
Si estás comenzando a trabajar, posiblemente no hayas escuchado antes sobre este término, pero seguramente tus compañeros ya te han hablado de eso que suena tan fácil como tan complicado, pero que en realidad solo es cuestión de tiempo para acostumbrarte a toda la terminología que conlleva.
Para empezar, es importante que conozcas en qué Afore estás, ya que al inscribirte a la seguridad social, se te asigna una administradora. Esto podrás revisarlo en eSAR y tan sólo necesitarás tu CURP o NSS (Número de Seguridad Social) para consultarlo.
No olvides que puedes cambiarte en el momento que lo desees, una vez que encuentres la Afore que más se adapte a tus necesidades y planes para el futuro.
Recuerda que así como hace poco fue tu primer día, el tiempo se pasa volando y nunca es tarde para planificar tu retiro.
Tu Afore se compone de la siguiente manera:
- Aportaciones gubernamentales
- Aportaciones patronales
- Aportaciones del trabajador
Una manera de dejar de preocuparse si tu pensión será suficiente para tu retiro, es realizando aportaciones voluntarias, las cuales suman un monto extra en tu cuenta individual. Puedes hacerlo como un sólo pago, o de modo recurrente.
Los recursos en tu Cuenta Individual son tuyos. Infórmate en www.gob.mx/consar